Patanjali, Yogasutra I.40
Cuando el interés del momento no es suficientemente intenso para colmar las necesidades y/o capacidades de la mente, esta se busca la vida; por decirlo de alguna manera, pasa de aburrirse y se busca la vida, en no pocas ocasiones de forma insana.
Pero resulta que ¡sólo! hay que darle un objeto de investigación.
Claro, la mente lo revolverá, lo girará, lo desmenuzará... investigará sobre ello, porque ese es su trabajo: investigar. Lo que no es su trabajo es dirigir la vida del ser que ya ha decidido evolucionar y crear consciencia.
Pero entonces, si no es la mente quien debe dirigir, ni el ego (recopilación de mecanismos más o menos conscientes, mentales y emocionales, automáticos, de supervivencia), ¿quien debe dirigir?
Ahí se dibuja un interesante tema para meditar... ¿quien tiene que dirigir mi vida?
¡Ese es un buen objeto de investigación!